Uno de roedores
Habia una rata. No muy grande, pero tampoco muy chica. Para nada tierna como Stuart Little, más bien desagradable. Estaba en mi pieza. Yo no quería entrar. Finalmente, envalentonada por el empuje de mi mamá y mi hermano (papá no estaba), agarré el Raid (?) y entré a mi habitación. No la veía, la maldita se escabullía por debajo de la cama y entre el puff, las cajas y los zapatos desperdigados por el suelo. En eso la ví. Blanquita, pequeña, indefensa. La rocié con Raid cual mosquito. Se puso boca arriba y con las patitas intentó limpiarse los ojitos. Me sentí mal, porque sufría, pero supuse que la había dejado medio ciega... Le tiré, yet, más Raid en la cara. Siguió pataleando. Después de unos minutos, los movimientos cesaron. La dejé en el piso, ahí, en el medio de la estanza. Y me fui a dormir con mamá y mi hermano a la cama de mis papás...
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